Quizás sea una contradicción, pero aparte de ese espíritu navideño que nos invade en esas fechas, también afloran (sentimientos de fracasos, soledad interior), bien enterradas en el último rincón de tu alma y que en melancólicos recuerdos salen ahogando tu espíritu, perdiendo la mirada en una inmensidad y desolada estepa, como el camino que has recorrido en tu vida y derramas dolorosas lágrimas preguntándote:
¿Por qué no podemos elegir cuando ser felices? ¿Por qué es tan difícil estar siempre bien?¿Por qué la vida a veces es tan poco justa?
Yo solo quiero ser feliz y sentirme bien conmigo mismo, pero a veces no es fácil.
Y me invade el miedo, miedo al fracaso o al rechazo, a ser un mero memo o payaso. Miedo al desprecio o a la soledad, miedo a la nostalgia o a caer en la melancolía de ese amor perdido.
Miedo a la decepción. Miedo a la realidad y ver que la vida que ansiabas no es como pensabas, y es lo que ignorabas en tu corazón.
Miedo al desencanto y al dolor. Y es que no hay más miedo que el que se siente cuando no sientes nada.
I più belli dei nostri giorni
ResponderEliminarnon li abbiamo ancora vissuti.
E quello che vorrei dirti di più bello..
http://youtu.be/wjVt_NlmPYg...
Dolce notte..
Cuando la meláncolia invade el alma, siempre hay agún amigo que se acerca para escuchar, para acompañar nuestros sentimientos.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.