lunes, 27 de mayo de 2013

" LA VIDA TE DA SORPRESAS, SORPRESAS TE DA LA VIDA " ...

La vida está llena de sorpresas, y también hay personas que son una caja de sorpresas y eso estimula para seguir conociéndolas...
Cuando mencionas la palabra sorpresa enseguida se piensa en algo material. En un regalo por navidad que no esperabas, en una fiesta de cumpleaños donde aparecen amigos que hace tiempo que no veías o la una romántica sorpresa en una cena con tu pareja.

Hay otro tipo de sorpresas, esas que te da la vida, sin buscarlas, esas son las mejores. Te sorprendes cuando quieres empezar un proyecto que tenías en mente, leer un libro, ir al cine, quedar con unos amigos, iniciar una actividad, realizar un viaje, etc. En esos momentos surge una ilusión, una fuerza de voluntad, una satisfacción, una gran actividad, un brillo intelectual, un afán de investigación que parecen te hacen sentir mejor.

Y quién no ha recibido una sorpresa?… las hay muy sencillas, como la mirada de una persona en el metro y ver que te sonríe, eso sí que sube tu ego, un saludo en el ascensor, un compañer@ que te dice algo bonito, una atención de personas que nunca te habías fijado en ellas y todas estas cosas te hace sentir bien durante todo el día.
Recibir sorpresas es una de esas cosas buenas que nunca terminarán y que deberíamos practicar más.
Las sorpresas no siempre son buenas.
Pero a pesar de todo me encanta que la vida siga siendo una caja de sorpresas.

jueves, 23 de mayo de 2013

" LA MÁSCARA "


Cada vez que me pongo una 
máscara para tapar mi 
realidad, fingiendo ser lo que 
no soy, lo hago para atraer 
a la gente.

Luego descubro que solo 
atraigo a otros enmascarados, 
alejando a los demás debido 
a un estorbo: la máscara. Uso 
la máscara va evitar que la 
gente vea mis debilidades; 

luego descubro que al no ver 
mi humanidad, los demás no 
me quieren por lo que soy, 
sino por la máscara.
Uso una máscara para 
preservar mis amistades; 

luego descubro que si pierdo 
un amigo por haber sido 
auténtico, realmente no era 
amigo mío, sino de la 
máscara. Me pongo una 
máscara para evitar ofender 
a alguien y ser diplomático; 

luego descubro que aquello 
que más ofende a las 
personas con las que quiero 
intimidar, es la máscara.
Me pongo una máscara, 

convencido de que es lo 
mejor que puedo hacer para 
ser amado. Luego descubro la 
triste paradoja: lo que más 
deseo lograr con mis 
máscaras, es precisamente lo 
que impido con ellas.

Gilbert Brenson