miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sueños de Almohada...

Apareciste, un día, de la nada, y como de la nada te aprendí amar.

Nos fuimos envolviendo en una maraña, de sentimientos. Casualidad, bella casualidad. El amor llegó, y con ello, el deseo, sueño, con tenerte conmigo.

Te he dicho que mi cama está vacía, esa cama que ocupas noche a noche espiritualmente. Y haces que sucedan tan maravillosas experiencias en mí.

Cuando cierro mis ojos, abrazo mi almohada, te veo venir hacia mí, parado al pie de mi cama, me levanto, te tomo en mis brazos, acaricio cada parte de tu cuerpo, mis labios son como olas que arrasan tu cuerpo violentamente, pasando por las profundidades y las elevaciones naturales en ti.

Tus manos se deslizan por mi cuerpo, vibrando me entrego a ti, nuestro fluidos salen naturalmente, me siento humedecida de amor, de emoción, tu con tu virilidad penetras en esas aguas, sumergido totalmente, profundamente, acompasadamente, como la melodía mas bella a los oídos.

Así, con suavidad, una y otra vez, me gusta sentirte, pero mas me gusta estar yo poseyéndote, subo a tu montaña, me poso en ella, esta majestuosa, siento su poder, me abalanzo siento su totalidad, dentro de mí, me poso, me levanto, me vuelvo a posar y así pasan los minutos.

Siento tu roce en mí, como un viento fuerte que hace vibrar lo más profundo de mi ser, siento como mi cuerpo va entregándose, va cayendo como en un abismo profundo de éxtasis.

Vibra mi cuerpo, mi cerebro no resiste las descargas de tanto placer, me embarco en este viaje profundo, me dejo llevar, cual barco en alta mar por una tormenta, sin poner resistencia, sin rumbo, solo el placer que me das tú acompañándome en este viaje.

Los dos a la vez, entregándonos en la intimidad de nuestras vidas, de nuestras almas, de nuestro existir.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Lienzo de tu cuerpo, pincel de mi piel

Todo hombre tiene un límite… todo sueño su punto de 
inflexión… todo amor sus lágrimas… y todo los besos sus 
miradas… toda vida tiene un tiempo, y todo tiempo no 
tiene poseedor… nunca reclames un segundo, porque al 
reclamado lo matas… la peor sensación de todas es sentir 
que robas tiempo a la persona que quieres, y que crees 
que algún día te lo reclamará… dejas espacio, das 
libertad… y dejas a los pájaros volar…  te lavas las 
manos… estás cansado de aullar, y decides trotar hacia 
algún lugar, alejado de la guarida…

Toda virtud un defecto, toda ley su privación de un trocito 
de libertad… todo nombre un poseedor…todo pensador 
su dolor de cabeza… todo terreno sus límites… todo 
hombre, un límite de terreno… triste, pero cierto...el 
tiempo, es un reloj que nunca se para, es la tortura del 
hombre, para medir todo lo que se pueda medir… 

obsesión, es lo que siento mientras te desnudas, y me 
marcas mi límite, y mi terreno es tu piel, tu corazón, tus 
besos, eres mi tiempo; yo, tu poseído, tus segundos 
mientras gimes al ritmo, tu libertad, mis defectos, y tus 
grandes virtudes, eres mi papel desnudo donde escribirte 
con saliva los “te quiero”… eres el reloj que se despierta 
cuando lo estamos haciendo, y descubro que siento 
celos… eres mi mañana y mi noche…


lunes, 13 de octubre de 2014

Mientras Tanto



Sueños que se pierden en el camino, olvido, entre el 
sentido, del tic tac que suena en tus oídos… loco, 
pensando en el abismo, mientras el resto, se pierde contigo.

Sentimos, pero vivimos, respiramos por instinto, y sigues 
presente… a pesar de ti mismo, y tu otro yo, y el que 
eras… que llevas a cuestas.

Cuánto peso en este sinsentido… 
cuántos pensamientos en este efímero,
 corto espacio de tiempo, lleno de desconocidos 

No camino perdido, yo vivo sobre la tierra con un 
objetivo… seguir vivo. Crisis existenciales, pubertad, 
adolescencia… recuerdas cuando miras, y muchos de los 
que te rodean siguen en fases de guerra.

Yo dejé la munición olvidada… 
para tu rencor y odio, yo 
camino mi vida, sin importancia… 
con mis batallas diarias.

Mientras tanto, la duda, te convierte en pasado.

martes, 23 de septiembre de 2014

Ya ves


Entre desiertos… granos de arena quedan sueltos.
Versos, brindan la oportunidad para describir maravillas.
Amor, dolor y respirar cada día.

Entre divas, que contonean cinturas,
divisas chicas imaginativas
que buscan poetas de rimas perdidas.

Poetas se deprimen,
cuando chicas ya no nos piden,
versos que las desnuden,
entre susurros de noches,
y noches nobles.

Si uno más uno fueran dos,
tu y yo haciendo el amor,
somos la excepción.

Después ya vendrá la decepción,
tu cuerpo desnudo es síntoma de traición,
mientras… mezclamos sudor y voz.

Por supuesto, si lo imposible,
fuera posible, tus sueños,
serían visibles.

Crecer y cambiar, es la diferencia,
entre sentir y dejarse llevar.

Ya ves, esto es algo y nada..

jueves, 18 de septiembre de 2014

Eres Mío

Si, eres mío hasta el fin, 
alimentas mi excitación
con tu ternura y pasión; 
Te pienso a toda hora 
y mi mente siempre añora, 
el momento del encuentro 
donde soy siempre toda tuya 
y tu todo mío.

No puedo dejar de desearte, 
en sueños entro a tu cuarto a amarte, 
con dulzura y desesperación, 
hechizando tus sentidos 
para que seas mío, solo mío.

Me llevas al éxtasis total 
con esa tuya única forma de amar, 
de mil maneras me haces entrar 
en un trance orgásmico, 
y así siempre te quiero tener 
como un amante fiel 
que se funde en mi piel 
y no me deja despertar, 
de este sueño frugal 
que me hace tanto bien

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Una tarde de Otoño

Sólo estábamos ella y yo aquel día, en aquel mirador, solos y a la vez no, ya que nos hallábamos acompañados por el sonido de las gotas al caer de las hojas y el viento pasando entre las ramas de los árboles. Bajo uno de ellos, el cual, nos había servido de refugio contra aquella tormenta.

Mi abrazo se unía al de ella, para conservar la calidez de nuestros cuerpos. Empezaba a oscurecer, el sol había dado paso a la noche, lo cual nos hizo pensar lo tarde que era, pero ninguno dijo nada, sólo reinó el silencio, tal silencio, que hasta era capaz de sentir y hasta oír el latido de mi corazón golpeando su pecho, como si quisiera buscar el suyo.

Fue entonces que pareciera que habíamos pensado al mismo tiempo, o tal vez inconscientemente, nos miramos cara a cara, sin hacer nada; yo, miraba sus ojos y fantaseaba con lo negro de ellos, como si existiera otro mundo dentro de tales, un mundo que me hipnotizaba al verlos, y por lo cual no dejaba de hacerlo, admiraba sus ojos, su nariz, su frente, sus mejillas, su barbilla, todo!; su boca, que por el frío escaseaba de color; al igual que sus labios, esos labios que me invitaban a ser besados intensamente y perderme en ellos.

Entonces, con un leve movimiento de mi cabeza me aproximé más a ella, mucho más, tanto que podía respirar su aire, podía sentir el roce de su rostro con el mío, esa nariz helada por el día.

Sin poder esperar más, intenté besarla, pero ella lo evitó, sin perder la distancia.

Sentí confusión al percatarme de lo sucedido, pero una sonrisa traviesa y un abrazo aún más fuerte provocarían mi exaltación.

De nuevo me miró y yo desvié la mirada a su boca, fue cuando al fin pude alcanzar sus labios, pude sentir lo frescos que estaban, y mientras los besaba, transmitía la tibieza de mi boca a la suya, y en ocasiones, succionaba leve y delicadamente cada parte de cada uno de sus labios.

Entonces me abrazó de nuevo más fuerte y me pude dar cuenta que los latidos de su corazón incrementaban de velocidad, igual que el mío, fue cuando alejamos nuestros rostros para interceptar nuevamente nuestras miradas, la distancia entre nuestras caras hizo que sintiéramos nuevamente el viento frío que jugaba con su cabello y que se posaba en su cara, como si quisiera ocultarla.

Suavemente retiré aquel mechón que me impedía observarla y que al parecer había hecho trato con la oscuridad que cada vez se hacía más densa.

Retirándole el cabello noté su mirada, era una mirada distinta, una mirada que no podía describir pero que sin querer podía comprender, pude notar sus labios, ahora ya sonrojados por aquel encuentro.

Deslicé mi mano lentamente de su cabello a su mejilla, así, hasta llegar a esa zona sensible detrás de su oreja; la acariciaba, tenía la piel tan suave, tan tibia, que parecía que nunca la hubiese tocado antes, entonces ella, con un movimiento disfrazado en un volteo o distracción, descubrió su cuello, ella sabía lo mucho que me encantaba su cuello, ese cuello que por alguna razón me dominaba, esa tez tan suave, tan fresca, tan delicada, pero a la vez tan fuerte como para hacer que no resistiera tal tentación.

Con mi mano, recorrí su mentón hasta llegar a su barbilla para dirigir su boca de nuevo a la mía y poder saborear de nuevo ese momento, solo que ésta vez, besaría un camino hacia su cuello, muy lentamente para recorrer cada parte de su piel, esa piel que moría por sentir.

Oía su respiración un poco agitada, no menos que la mía, y entonces los dos lo sentimos, era algo extraño y digo los dos porque nuevamente pude contemplar su cara frente a la mía, enseguida la abracé y nos besamos de nuevo, cada beso con un poco de desesperación, nerviosismo y a la vez calor, además de esa sensación en el pecho que sentía y del que era esclavo.

Cada vez que daba un beso, su piel invitaba a otro lo cual parecía un vicio, un vicio al que estaba atado y nunca pudiera dejarlo, lenta y casi inadvertidamente baje mis brazos perdidos y casi temblorosos hasta posarse en su cintura donde mis manos débiles tenían los dedos fríos.

Lentamente fueron deslizándose y abriéndose camino para encontrar su piel tersa y calida de su cintura, sólo con la punta de mis dedos recorrería cada centímetro de su cintura, abdomen y espalda baja, como si dibujara en ella, trazos que, al ser remarcados hacían que los poros de su piel avisaran el roce de mis dedos y que en algún momento al pasarlos de arriba hacia abajo por toda su espalda, hicieran que su cuerpo se encorvara y sacara de lo más dentro de su ser una inhalación y una respiración torpe.

Fue cuando me tomó de sorpresa, ya que sin que me diera cuanta sus manos dominaban todo mi dorso de igual forma, mientras que sus besos se encargaban de mi boca y cuello.

El olor de su perfume me ofrecía aventurarme en su cuerpo y explorar cada rincón de este, sabiendo que podría perderme en tan seductor paraíso.

Parecíamos estar en un trance, un trance en donde mi “ser” y su “ser” no existieran y nuestros cuerpos actuaran por si solos.

Podía soñar mientras la besaba, mientras recorría su cuerpo, que parecía arder de una forma jamás antes imaginada y el pensar en nosotros, en nadie más, junto a la noche, las estrellas; ellos como únicos testigos de aquel secreto entre ella y yo, además del glacial viento que soplaba y se esforzaba en vano en hacer efecto sobre nosotros.

Pero el crepúsculo nos advertía el tiempo, el cual había jugado alrededor de nosotros y se había marchado sin avisarnos. Me miró, y la miré, ella con una cara dulce rió, y contesté el gesto de igual forma seguido de un beso, entonces me tomó de la mano y sólo dijo:

- Es tarde –

Fue lo único, y nada más.

Y es que a veces, a veces nuestro cuerpo quiere hablar, sacar lo que lleva dentro el alma, gritarlo a los cuatro vientos pero, no con palabras, porque en ocasiones para expresar lo que siente nuestro ser… con una mirada es suficiente.

martes, 16 de septiembre de 2014

Latidos

Entre ruidos creados desde el interior,
la soledad crea la oscuridad a tu alrededor.
Pensamientos quedan presos,
entre sones de violines, oscuros versos.
El silencio de tu voz, se ahoga.
 Movimientos que se atoran.

Todo acto tiene su peso,
y yo me hundo cual acto, preso.
Brindo por ti a lo lejos,
y me reinvento por completo.

Sabor de besos,
retenidos por deseo,
en pausa y sin eco,
mientras latidos
golpean más fuerte, mi pecho.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

En esta noche

Esta noche fue buena, amor...

Porque pude palpar tu esencia y
Pude entrar sin miedo al túnel
De la utópica promesa del amor,
Porque hoy, fuiste libro abierto,
En donde escribí, te amo,
Pero también escribí mi pasión.

Esta noche fue especial, amor...

Porque con mi ternura y una gran dosis de ilusión,
Con cada beso, fui deshojando tus tristezas
Y recogiendo tus anhelos,

Esta noche fue hermosa amor...

Porque fuimos más allá de la rutina,
Y tuve tus cálidas sonrisas,
Porque hoy reconocí tus manos,
En mi pecho, en mi cintura como olas ávidas,
De llegar a la playa que las esperaban...

Esta noche fue bella, especial, inolvidable, única...

Aunque no me bastara besarte hasta perder la cuenta,
Ni con sentirte impregnado en mi piel.
Porque además me dijiste algo que no olvidaré jamás,
Y que le dio alas a mi corazón enamorado y loco,
Que se permitió seguir labrando su fantasía,
De que tu me amaras, igual que yo, algún día;
Y esta noche, dijiste amor, te quiero un poco

miércoles, 9 de abril de 2014

Envejecimiento

No siempre es,
lo que crees ser.

Y el humilde es al silencio,
como los tropiezos al creído.

Y es en peso de tiempo,
que el camino se hace a pasos.
Despacio...
Y los pies descalzos,
pisando cristales, las inmundicias del suelo.

Nada es para muchos,
los que otros creen tener.
Y mi vida se fue,
en algún momento con mi vejez.

A día de volver en mí,
no hay vuelta atrás, con o sin ti.

Y sin otro más que yo,
pienso que, el ser que soy hoy,
me pesará con los años...
Pero, yo ya, me estoy acostumbrando,
aceptando el devenir de la vida sin ti,
un ser solitario,
quizás uraño, quizás cascarrabias,


viernes, 21 de marzo de 2014

A ti Cielo Mio

Un poco más

Puedo ir un poco más...
Más allá del Cielo y traspasar...
Puedo, y me puedo estrellar... Junto a la luna, y dejarme iluminar.
Puedo pasar, el tiempo y dejar, que se acomode en mi sofá.
O puedo recoger tus letras, que como estrellas fugaces caen de tu Cielo.
O puedo imaginar, en tu silencio, sin dejarte escapar, vamos allá...
Allá, más allá, allá arriba, en aquel cachito de Cielo donde puse mis más íntimas fantasías leyendo tus versos.

Todo pasa, saluda, que ya se marcha. Y rememoras cada párrafo, cada frase, cada uno de esos sentimientos descritos como sólo tú sabes, cachito de Cielo.
Cielo Mio, Cielo tuyo y de todos aquellos que se dejaron seducir  por tus versos.
Allá, más allá, allá arriba donde puse mis sueños, y quiero llegar. Mas no puedo parar... No quiero parar... Y no lo puedo evitar. Qué más da ? Soy un adicto a un poco más... Puedo ir un poco más, más allá, al Cielo  y traspasar  mis sueños...
Puedo, me puedo estrellar... Junto a la luna, y dejarme iluminar.

Porque... Puedo ir un poco más... Un poco mâs allá del Cielo y traspasar... Me puedo estrellar, junto a las estrellas y apreciar... La luna, tan bella... Y junto a tus versos dormir... Soñar... Un poco más allá del Cielo y traspasar... Traspasar ese momento en que te sueño.