Me acaricias
con tu cuerpo revoltoso
cubriéndome de algas
o de pececillos despistados
que resbalan entre mis dedos
como tu espuma blanca,
como el canto melifluo y sincopado
de tus risas y de tus quejas.
Me sumerjo en ti
y me mandas tu mensaje
de caracolas lejanas,
o me golpeas duramente con tus olas
zarandeando mis silencios
que quieren esconderse
del levante.
A veces me arrastras,
me llamas desde tus corrientes
escondidas y falaces
susurrándome con tus resacas
promesas de sirenas y jardines
mar adentro...
Y a veces estoy a punto de creerte.
Qué fulgor derramado esta luna de cera,
ResponderEliminarqué imparable este río
de mis venas abiertas
vertiéndose incesante en tu mar sin orillas.
Qué raudal de agonía
desatinada y plena,
de mi boca a tu boca,
de mi mar a tu arena.
Qué deslumbrante herida,
qué llama inapagada,
qué dulce y ardua furia de vientos anudados,
qué tierna la derrota despues de la batalla..
Isabel Rodríguez Baquero
Me encanta leerte, me encanta escuchar el sonido de las caracolas en el mar...un fuerte abrazo, bonita noche!
Gracias mi estimable amiga lo mismo te digo me encanta leer tus escritos versos y poemas, también los que eliges de otros autores son bellísimos....
ResponderEliminarMe encanta que visites mi orilla eres mi escape hacia otras apartadas y deliciosas orillas soñadas e imaginadas con tus letras con aire de salitre y brisa marina, cantos y sonidos de caracolas....
Un fuerte abrazo para que te llegue a tu apartada orilla....
DJ