miércoles, 14 de noviembre de 2018

A Destiempo

Hoy que vuelvo a mirarte,
y que vuelas,
tan serena, tan completa, tan llena de ti,
milagrosamente definitiva.
Hoy que sonríes,
y esa sonrisa aún es mi letanía,
mi cura, mi enfermedad, mi día de suerte,
mi alegría y mi condena.
 Hoy,
que al fin me he dado cuenta de mi complicado caminar por esta Tierra,
por llevar a cuestas siempre tus alas, tu imagen, tu alma,
de tú en mis pensamientos.
 Creo que te amé a destiempo,
confundiendo todo lo que me ofrecían tus brazos, tu voz, tus sentimientos;
con tus anacrónicos besos confundí veinticuatro por quinientos
(horas del tiempo)
y tu aliento se me hizo el aire, tu paz mi éxito,
las paralelas líneas de tu espalda mi trayecto.
 Es por eso que hoy te digo,
que te extraño, que te echo de menos,
pero no confundas extrañar con necesitar,
como confundí alguna vez auroras con tus besos,
las horas con eternidades, las montañas con tus senos,
la perniciosa luz  de tu mirada con el cielo.
No,
no confundas eso,
amor no es aprisionar caricias,
amor es apreciar lo bello,
amor es ver girar el mundo,
mientras yo te suelto...

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