Todo hombre tiene un límite… todo sueño su punto de
inflexión… todo amor sus lágrimas… y todo los besos sus
miradas… toda vida tiene un tiempo, y todo tiempo no
tiene poseedor… nunca reclames un segundo, porque al
reclamado lo matas… la peor sensación de todas es sentir
que robas tiempo a la persona que quieres, y que crees
que algún día te lo reclamará… dejas espacio, das
libertad… y dejas a los pájaros volar… te lavas las
manos… estás cansado de aullar, y decides trotar hacia
algún lugar, alejado de la guarida…
Toda virtud un defecto, toda ley su privación de un trocito
de libertad… todo nombre un poseedor…todo pensador
su dolor de cabeza… todo terreno sus límites… todo
hombre, un límite de terreno… triste, pero cierto...el
tiempo, es un reloj que nunca se para, es la tortura del
hombre, para medir todo lo que se pueda medir…
obsesión, es lo que siento mientras te desnudas, y me
marcas mi límite, y mi terreno es tu piel, tu corazón, tus
besos, eres mi tiempo; yo, tu poseído, tus segundos
mientras gimes al ritmo, tu libertad, mis defectos, y tus
grandes virtudes, eres mi papel desnudo donde escribirte
con saliva los “te quiero”… eres el reloj que se despierta
cuando lo estamos haciendo, y descubro que siento
celos… eres mi mañana y mi noche…