lunes, 11 de julio de 2011

El verano























Llegó el verano y con ello se fue la paz,
Tras el poniente playas llenas de veraneantes,
ejércitos de hormigas invadiendo las orillas...

Ay, Levante con tu voz cargada de revanchas...

El azul se vistió
      de verde terroso y violento
      y las olas se elevaron desquiciadas
      adornando de blanco las espumas.

      Las arenas de la playa
      hicieron su revolución pendiente
      azotando a los cuerpos encremados
      de los pacientes visitantes del estío
      rebozando y flagelando los desnudos
      de paz entrevelada y de silencios
      con alfileres hirientes.

      Ahora el mar, ahora la playa,
      toman su revancha natural,
      su pendiente desquite de mareas,
      de pleamares dorados,
      con la fuerza impetuosa de sus voces
      que hermanan la tierra y el mar
      con el viento desgarrado.

      Alfileres que duelen
      como puede doler la marejada
      en los “arrastreros” de la costa
      que cabecean entre gaviotas
      zarandeados por las olas
      que buscan su revancha y recompensa
      de los peces del océano.

      El levante es el rey
      transitorio pero irreverente...

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