cuando el sol comienza a acariciar las dunas y las olas,
cuando el canto de las gaviotas saludan jubilosos,
el despertar de la mañana,
entonces el mar, mi mar, la mar,
me habla de emociones contenidas.
Entonces me hago de sueños
y dejo acunar los sentimientos dormidos en cada paso,
en cada huella de aguas y de arenas.
Entonces mi canto es un canto de sirenas que buscan su amor desesperado.
Y mis pasos, que el agua borra pero que guarda la arena dorada,
son versos de esperanza que voy lanzando a los vientos,
al agua, a las olas, a las gaviotas...
a todo lo que añoro y lo que amo.